¿Realmente quiero dirigir una empresa?
- Natalia Alcaide
- 4 jun
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 15 jul
Dirigir una empresa requiere no solo habilidades y conocimientos: también requiere una actitud, unas ganas y, me atrevería a decir, una forma de vivir. Tras todos estos años trabajando con CEOS, he descubierto las preguntas que cuando las hago, generan incertidumbre, dudas o resignación.
Ahí van estas 30 preguntas. Cada una te hará pensar. Puedes hacer este reto planteando una pregunta al mes (idealmente) y darte tiempo para contestar.
¿Aceptas el reto?
Preguntas de autoconocimiento y propósito
Porque la persona que se levanta cada día para dirigir tu empresa eres tú
¿Por qué quieres liderar una empresa?
¿Estás haciendo esto por vocación, por ego o por miedo a no hacerlo?
¿Qué significa para ti el éxito? ¿Lo tienes definido en una sola frase?
¿Estás dispuesto a hacer cambios personales profundos si tu empresa lo necesita?
¿Si no tuvieras esta empresa ( o proyecto de empresa) hoy, ¿qué harías?
Preguntas de energía y autocuidado
Porque si tú no estas bien, nadie lo estará por ti
¿Duermes lo suficiente para rendir con claridad?
¿Cuidas tu alimentación, haces ejercicio y te permites descansar sin culpa?
¿Sabes en qué momentos del día rindes más y organizas tu jornada según eso?
¿Tienes tiempo para ti más allá del trabajo? ¿Y lo disfrutas o solo desconectas a medias?
¿Tienes hábitos que te recargan... o solo formas de anestesiarte?
Preguntas de gestión personal y toma de decisiones
Porque la organización es la base de una organización
¿Tienes claras tus prioridades cada semana o improvisas?
¿Postergas decisiones importantes por miedo a equivocarte?
¿Llevas las riendas de tu empresa o solo vas apagando fuegos?
¿Eres capaz de frenar a tiempo cuando estás al límite físico o emocional?
¿Tienes espacios reales en tu agenda para pensar y no solo para reaccionar?
Preguntas de coherencia y liderazgo
¿Hablo, digo y pienso lo mismo?
¿Lo que dices que valoras es coherente con lo que valoras? ¿Se ve en tu forma de trabajar?
¿Delegas con claridad y seguimiento, o sueltas para quitarte tareas de encima?
¿Evitas las conversaciones difíciles o las enfrentas cuando toca?
¿Tu equipo sabe lo que esperas de ellos o se guía por intuición?
¿Eres el primero en modelar el comportamiento que pides a los demás?
Preguntas de cultura y relaciones
La fuerza laboral, en el centro
¿Tu equipo puede decirte la verdad sin miedo?
¿Compartes también las malas noticias o solo las buenas?
¿Eres accesible sin ser invasivo?
¿Te interesas por el bienestar real de las personas con las que trabajas?
¿Sientes conexión con la gente que lideras o te cuesta empatizar?
Preguntas de “verdad incómoda”
Las que no te quieres hacer
¿Te gusta liderar personas o preferirías que te dejaran trabajar sin interrupciones?
¿Te gustaría seguir siendo CEO dentro de cinco años?
¿Qué te está costando más de lo que estás dispuesto a pagar?
¿Sientes que estás donde debes estar o te estás forzando a encajar?
Si pudieras empezar de cero, ¿volverías a ponerte al frente de esta empresa?
Ahora que te has hecho estas preguntas. ¿Has llegado a alguna conclusión?. ¿Quieres dirigir tu empresa? ¿Hay algo que te falta o te sobra?
Quizás, esto es solo el comienzo de un gran cambio.
Hasta pronto
Natalia



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